
Luego de tres años de trabajo, en marzo de 2026 el nuevo Campus TAD abrirá sus puertas. A casi 50 años de su fundación, TAD se consolida como un espacio de formación y crecimiento integral para personas adultas con discapacidad intelectual (PcDI), orientado a potenciar su desarrollo pleno a través de acciones innovadoras que permitan impulsar su autodeterminación, autonomía y participación en el mundo laboral y social.
Las postulaciones están abiertas y, en marzo, TAD recibirá a diez nuevos participantes, quienes gracias a la nueva sede, podrán acceder a más y mejores oportunidades. Diseñada y construida completamente en madera, la nueva sede TAD permitirá ofrecer una malla más amplia y contará con todas las instalaciones necesarias para dictar los programas en las mejores condiciones. Una gran cocina, un invernadero y huerto en la azotea, además de un café abierto a la comunidad, son algunos de los espacios que estarán disponibles.
A cargo de tres reconocidas oficinas de arquitectura -Elton Leniz, Cruz Mandiola y Rodrigo Fernández-, el edificios conecta a través de un puente con la antigua casona donde se inició el proyecto en el año 1976. Sus espacios, accesos y mobiliario, entregarán todo lo necesario para que los participantes puedan desplegar al máximo su potencial y sean protagonistas de su proyecto de vida.
En 2026 TAD cumplirá 50 años desde la creación de los Talleres de Adaptación y Desarrollo, conocidos también como los Talleres de Lyon. “Hoy somos TAD y queremos invitar a todas las personas adultas con discapacidad intelectual que postulen, que se acerquen a conversar con nosotros para poder contarles acerca de nuestro proyecto. Lo que nos hace distintos, es que los participantes de TAD son los protagonistas y toman su propias decisiones respecto de la formación integral que ofrecemos. Nos distingue la presencialidad diaria y la cotidianeidad”, señala María José Maturana, directora ejecutiva de TAD.
¿Qué ofrece TAD?
TAD ofrece programas centrados en la persona -una planificación que se basa en comprender las preferencias, necesidades, así como las fortalezas y debilidades individuales de cada persona en múltiples dimensiones-, basados en evidencia actualizada y estándares internacionales, respetuosos y dignos.
Este enfoque personalizado, que fomenta la autonomía y autorrealización, define objetivos específicos que guían el proceso de desarrollo de cada participante, involucrando a las familias, como apoyo esencial para el éxito de los programas.
Estos son el Programa Ocupacional, que tiene como propósito desarrollar habilidades transversales y prelaborales para una vida adulta plena y significativa. Los participantes aprenden y practican habilidades como la organización, la responsabilidad y el trabajo en equipo, en talleres como Cocina, Huerta, Cerámica y Artesanía. El de Habilidades Adaptativas, busca fortalecer habilidades sociales, conceptuales y prácticas necesarias para la vida cotidiana promoviendo la autonomía.
El Programa de Desarrollo Personal y Ocio, por su parte, tiene como propósito favorecer el bienestar integral y la expresión personal a través de actividades recreativas y culturales. En el Programa de Transición, Formativo o Comunitario, buscamos acompañar procesos planificados y personalizados hacia espacios laborales, educativos o comunitarios. El de Personas Mayores, busca promover el envejecimiento activo, la participación social y el bienestar integral de adultos mayores con discapacidad intelectual. Por último, el Programa Familia y Redes tiene como propósito fortalecer el vínculo entre TAD, las familias y sus redes de apoyo mediante talleres, acompañamiento individualizado y espacios de participación como Puertas Abiertas.